PRIMEROS PASOS PARA LA REGULACIÓN DE LA ACTIVIDAD DEL LOBBY EN ESPAÑA

26 10 2011

Como ya todos sabemos la actividad del lobby en España tiene mala prensa y peor fama. La opinión pública asocia esta profesión a la corrupción. Pero en muchos países más avanzados están regulados y son completamente legales, ya hemos visto el ejemplo de EEUU. En España, como ya hemos hablado viven en una laguna legal, ya que ninguna norma la regula. Y los lobbistas españoles quieren que eso cambie.

Por eso, un conjunto de firmas representativas de las principales compañías de consultoría y bufetes del mercado español han organizado una plataforma, que han llamado, Foro por la Transparencia que persigue trasladar al Gobierno y al Parlamento la necesidad de normalizar esta actividad mediante un marco regulatorio que ampare «jurídicamente la creciente participación de los grupos de interés en eldesarrollo normativo realizado por las Administraciones públicas».

Es decir, se trata de que regule la actividad de los lobbies para que estos puedan influir sin cortapisas en la redacción de las leyes y normas, haciendo visible su labor y, en cierto sentido, dignificándola. Para ello han contactado con los principales partidos políticos, a los que le han hecho llegar un texto que sirva de punto de partida para un anteproyecto de ley de transparencia y acceso a los ciudadanos.

Los promotores de esta iniciativa argumentan que la mala imagen que arrastran los grupos de interés y la relación inevitable con la corrupción se desecharía si hubiera un marco normativo. «Es precisamente porque la ausencia de un marco regulador que garantice la transparencia e integridad de las relaciones con las instituciones públicas es el contexto idóneo para la aparición de comportamientos poco éticos. Pero la forma de evitarlo no es mantener el limbo actual, sino establecer una regulación clara y transparente que permita diferenciar las actuaciones legítimas de las que no lo son», afirma Jordi Flores, director general de
Solchaga Recio & Asociados.

Actualmente hay en Bruselas 15.000 lobbistas y 2.600 grupos de interés. Tienen una oficina permanente, su actividad está regulada y se rigen por un código de conducta, un registro obligatorio para el control de los mismos y la concesión de una tarjeta de libre acceso a las instituciones para los grupos que cumplen con las normas.

En la misma línea, las principales demandas del Foro de Transparencia son la creación de un registro voluntario de intereses en el Parlamento y el Gobierno, la publicación de un Código de Conducta que defina el comportamiento que deben seguir los representantes de aquellos grupos de interés que se inscriban en el registro, la concesión de tarjeta de libre acceso al Parlamento para aquellos representantes de grupos de interés, y el acceso público a las agendas de altos cargos y personal de libre designación.

Los lobbistas españoles recuerdan que 90 países han formalizado este acceso público a la información y, al menos 15 (Alemania, Australia, Austria, Canadá, Dinamarca, EE UU, Francia, Hungría, Israel, Lituania, Perú, Polonia, Reino Unido, República Checa y Taiwán) han otorgado un marco normativo específico a la actividad que ejercen los grupos interés.

El Foro por la Transparencia no es el único que quiere luz y taquígrafos para los lobbies. La Asociación de Profesionales de las Relaciones Institucionales (APRI), constituida en 2007, también ha trasladado durante la pasada legislatura sus propuestas a los distintos grupos parlamentarios, tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado, que persiguen tres objetivos: reconocimiento de la actividad, establecimiento de mecanismos que favorezcan la transparencia en el funcionamiento de las instituciones, y el fomento de herramientas que establezcan los pilares deontológicos de la profesión.

En este sentido, en febrero de 2011 APRI aprobó el primer Código de Conducta para los lobbistas españoles, de obligado cumplimiento para todos sus miembros. Actualmente está integrada por 50 profesionales que desarrollan su actividad en sectores tales como el farmacéutico, las tecnologías de información, telecomunicaciones, seguros, financiero, o medio ambiente, entre otros.

Estas son las primeras actuaciones del mundo del lobby español, en defensa de la profesión, en concreto a favor de la transparencia y la regulación. Este es el camino correcto a seguir para llegar al objetivo que tanto ansiamos; desligar esta tan bella y difícil profesión, al concepto de corrupción.